Nunca es tarde...




Aquí están algunas de las fotos de mi despedida. Tengo que dar las gracias, en primer lugar, al cabecilla de todo aquello (bebercio, sushi...), Álvaro, el mejor. De igual manera a Satanás, el mejor y más atento maestro de ceremonias en ese Palazzo que es el Balneario. También agradecer a los hobbits, a los autónomos, a los habitantes del ártico a las brujillas Uki y Albich, a la más bruja, Drindrin; a la rubia peligrosa, nuestra Nana y... creo que ya está. Mil gracias a tod*s. Y a los que no estuvistéis, se que no os fué posible. Da igual, lo bueno de las fiestas de despedida es que tiene que haber una réplica: la fiesta de bienvenida!!!! Qué bien lo pasé. Qué ilusión y cuanto os añoro a tod*s.
Trus